"El Cuchillo"
La
empresa "Levantina de Recursos Mineros, S.A." va a realizar unas investigaciones,
prospecciones, sondeos, catas o calicatas para ver qué hay en el subsuelo de la
Sierra del Cuchillo. Yo les puedo facilitar de manera desinteresada la
información que buscan: en el subsuelo de la Sierra del Cuchillo no hay nada
que les interese. Y lo digo con conocimiento de causa porque desde pequeño
vengo realizando periódicos exámenes, exploraciones, reconocimientos y diagnosis
del terreno por ver si hay indicios de mármol de Carrara o de plutonio
enriquecido, con lo cual el pueblo de Yecla se vería también enriquecido. Pero
no. En cincuenta años de experiencia levantando piedras y hurgando en cada
grieta, oquedad, angostamiento o estrechura sólo me he topado con lagartijas,
algunas liebres y zorros, y pare usted de contar.
Yo
le diría a la amiga Levantina, que no se canse ni invierta un duro en el
proyecto porque se va a convertir en el hazmerreír de todas las empresas del
ramo. Y además va a tener enfrente al pueblo de Yecla, que sabe conseguir las
cosas que le interesan de verdad, como ocurrió con el Hospital Virgen del
Castillo.
Los
yeclanos ya hemos tenido la tristísima experiencia de la Sierra de la Magdalena,
una herida abierta para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Y
ahora la Sierra del Cuchillo. Porque todos sabemos cómo empiezan estas cosas:
un agujerito aquí, otro más allá, fíjate lo que ha salido… y el monte me lo he
comido.
Los
montes, los bosques, las playas, lo que la Naturaleza regala a los habitantes
de este planeta pertenece a todos en general y a nadie en particular. Y si
alguien tiene la propiedad de lo que es patrimonio de todos, muy mal
consentido. Tendremos que movilizarnos para evitar que puedan darse casos como
éste.
Aparecen
a menudo en los medios de comunicación grupos ecologistas que protestan y se
manifiestan contra tal o cual desafuero. Nos solidarizamos, pero nos queda
lejos. Ahora no, ahora estamos hablando de la Sierra del Cuchillo, aquí, en
Yecla, en la Decarada; de una sierra cuyo perfil se puede contemplar desde
muchos kilómetros a la redonda. Estamos hablando del paisaje que no nos deben
arrebatar, que no nos pueden arrebatar.
En
el siglo XXI la ciencia, la tecnología, la industria están sobradamente
capacitadas para fabricar materiales sintéticos que pueden reemplazar con
ventaja a los naturales y, además, a precios mucho más reducidos. Pero no, hay
quien quiere -un ejemplo que se me acaba de ocurrir- mármoles lujosos y caros
para poder tener un cuarto de baño de revista del corazón. Y así nos luce el
pelo.
Yo
creo que con lo expuesto ya tenemos convencida a la amiga Levantina para que se
marche e inicie sus estupendas investigaciones, prospecciones, catas y
calicatas en otro sitio. En su casa, por ejemplo. Quizá, si busca bien, se dará
cuenta de que en la vida hay más cosas aparte del negocio.
Martín Martí
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